Sí, es posible crear un huerto escolar con éxito. En esta entrada no queremos contarte todas las capacidades del alumnado que se trabajan durante la construcción de un huerto. Asumimos que las conoces.

Sin embargo, muchas veces el título encierra mayores complejidades de lo que parece. Y hacer un huerto escolar puede asemejarse al mito de Sísifo. Subimos una ladera empujando una enorme piedra con esfuerzo que acaba irremediablemente cayendo a la falda de la montaña. Por eso vamos a ir directos y al grano. Te vamos a contar los pasos para crear un huerto escolar con éxito. Comenzamos.

Crear un huerto escolar necesita que te ubiques

A ver, piensa antes de ponerte manos a la obra. La agricultura es uno de los pilares de desarrollo de las civilizaciones humanas. Por lo tanto, no rompamos el eslabón de la evolución y pensemos como nuestros antepasados. Lo primero que tenemos que hacer es localizar el lugar idóneo para el huerto escolar. Sabemos que no todos los centros educativos son iguales pero para que el huerto tenga opciones de sobrevivir haz lo siguiente:

  • Busca el sol: aunque hay plantas que tendrás que colocar a la sombra, la mayoría agradecerá la luz solar directa.
  • Estudia el lugar elegido y crea un plano con información sobre la exposición solar de cada área destinada al huerto. Será clave para elegir la hortaliza que se debe plantar en cada espacio según sus necesidades.
  • Ahora sí: ya puedes pensar en las hortalizas que plantarás. Te dejamos una tabla con algunas de ellas y su tolerancia a la radiación solar:

 

Crear un huerto escolar necesita una mirada al sol

 

¡A la rica tierra, oiga!

Si el sol es importante, ¿cómo no lo va a ser el lugar donde vas a cultivar? La tierra ideal estará suelta, esponjosa y aireada. Además, tiene que retener bien el agua para que las hortalizas chupen todo el líquido que necesitan para crecer con fuerza. Y tenemos el primer desafío: la tierra de jardín es libre y no va a estar esperándote para ajustarse a tus necesidades.

Te encontrarás con los siguientes problemas:

  • La tierra no tendrá demasiado abono y el abono es el cordón umbilical de tu éxito.
  • La tierra lucirá dura y compacta. Recordemos que necesitamos que sea esponjosa.

La solución es simple y matemática (¡mira otra competencia que puedes trabajar con el alumnado!). Añade abono orgánico, también llamado compost, con esta fórmula:

10 litros por metro cuadrado y mézclalo con los primeros 20 centímetros de tierra. Tras mezclarlo, añade una fina capa de 2 centímetros más de compost, es decir, unos 20 litros más por metro cuadrado.

En definitiva, al mezclar y trabajar la tierra con el abono orgánico conseguiremos que quede más suelta y esponjosa. ¿Recuerdas que era nuestro objetivo principal?

Si hay césped en el área elegida para colocar el huerto escolar tendrás que eliminarlo para que el cultivo sea correcto. Lo más recomendable es arrancarlo con la mano y utilizar la briznas para transformarlas en compost. Estamos seguros de que podrás dirigir a 30 alumnos para que limpien la zona.

Compostando que es gerundio

La tierra no nos soltará hasta el final de esta aventura entre huertos, alumnado y hortalizas. Otra duda que nos puede bloquear en nuestro propósito es el tipo de abono que podemos utilizar. Para ello, en muchas ciudades existen contenedores de compostaje de colaboración ciudadana donde se puede dejar basura orgánica para que se transforme en vida para tu huerto. También es posible fabricar uno con los alumnos para que observen cómo funciona.

O mejor todavía: puede convertir esta necesidad en una oportunidad porque es una buena herramienta para que las familias de los estudiantes se involucren en este ambicioso proyecto.

¿No tienes espacio en el colegio? Busca recursos para crear un huerto escolar

Cada vez hay más centros educativos que dejan un espacio para crear un huerto escolar. Sin embargo, no es algo habitual. Por eso, lo primero que te parará los pies a la hora de acometer este proyecto educativo será que crees que no hay espacio. Tranquilo, te damos algunas ideas:

  • Cualquier lugar puede reconvertirse: terrazas, azoteas… En ese caso habrá que construir unos semilleros.
  • Para los semilleros puedes usar palés o cajas y cartones de huevo para plantar las semillas. También se pueden construir estructuras altas que pueden ser decoradas por los propios alumnos.
  • El plástico de vinilo también puede servirte para colocar el palé en posición vertical y crear bolsas sobre las que cultivar.