La educación especial ha copado líneas de la prensa nacional durante los últimos meses. La aprobación de la nueva ley de educación, impulsada por el ministerio liderado por Isabel Celaá, puso a la educación especial en el candelero de la opinión pública. El debate se centró en el posible cierre de centros especializados que conllevaría el nuevo texto y el ruido ensordeció el interés pedagógico. Porque apenas se habló de qué es la educación especial en la actualidad y cuáles son sus necesidades.
Ya sabéis que en Heúreka somos un poco pesados insistentes con reflexionar sobre la realidad desde un punto de vista educativo. Es por eso que hemos querido reflexionar sobre la educación especial desde los inicios de su concepción. Acompañadnos porque vais a flipar con la cantidad de tiempo que llevamos pensando en que todos tengamos acceso a una educación digna.
La educación especial en las antiguas civilizaciones
Se dice habitualmente que uno de los grandes saltos que muestran la evolución del ser humano es el inicio de los cuidados del otro. Esta misma semana conocíamos el descubrimiento de unos huesos de un niño en una cueva de Kenia que había sido enterrado con delicadeza. Las pruebas de sus dientes indicaban que el cuerpo había sido enterrado hace unos 78.000 años. Por lo tanto, y a pesar de lo que se suele pensar, el ser humano lleva divagando sobre cómo tratar bien al otro casi desde su percepción de que existe ese otro. Esto parece un argumento propio del amigo Pedro Gullo, pero tiene más enjundia de lo que puede parecer.
Ya en la primera civilización de la historia, la mesopotámica que se expandía entre los ríos Tigris y Eúfrates, ya existía una preocupación por las enfermedades psicológicas. No obstante, como ocurre en todas las primeras civilizaciones cuyo conocimiento ha llegado a nuestros días, los Dioses eran los grandes protagonistas. Pero había un objetivo que coincide con la educación especial actual: la terapia, que se basaba en drogas, encantamientos y magia, tenía como último fin que el paciente «volviera a la vida trascendente».
La educación especial también basa sus intervenciones en que la persona que la recibe se incluya en la organización social. De hecho, la palabra inclusión aparece en estos casos por todos lados. Por lo tanto, en Mesopotamia utilizaban herramientas basadas en una cosmología primitiva, pero coincidían con nosotros en aquello que perseguían.
En la otra gran civilización de inicios de nuestra era, la del Antiguo Egipto, también hay pruebas claras de que había un especial cuidado por las personas que tenían minusvalías físicas y psíquicas. De hecho, en la tumba de Tuntakamón se encontró un barco funerario donde se encontraban los restos de una enana con acondroplasia.
La eugenesia de la Antigua Grecia
La Antigua Grecia reventó por completo esta forma de acercarse a las personas con discapacidades. El culto a la belleza o la inteligencia llevó a la sociedad a despreciar a las personas que tenían algún defecto físico o psíquico. Desde la mitología hasta los pensamientos de los grandes filósofos son fuentes de esta realidad. Lo que sí nos queda de estos siglos es la construcción de un Estado educador. Pero no en el sentido actual. Porque la pedagogía tenía características militares. De esa forma, se promovía el infanticidio para aquellos niños que nacían con alguna deficiencia.
No obstante, sí que hay algo que podemos rescatar. El juramento hipocrático, redactad or el primer gran médico de la historia, Hipócrates, se refería a la cuestión. En él, Hipócrates se esforzó por poner la medicina y la asistencia sanitaria en manos de los hombres. De esa forma, no cabían los sacrificios para los dioses de estos infantes.
El gran salto de la educación especial
La situación de las personas que necesitaban una educación especial no fue demasiado buena siglos después de las antiguas civilizaciones. Ni la Antigua Roma, ni la Edad Media y ni tan siquiera el Renacimiento modificaron en términos fundamentales el lugar de estas personas en las sociedades. No fue hasta la Ilustración que las sociedades se preguntaron por la educación especial al abrigo de los avances científicos del momento. En Francia comienzan a aparecer las primeras publicaciones en las que se apostaba por tratamientos pedagógicos para las enfermedades mentales. A medida que se iban descubriendo diferentes patrones, se buscaban soluciones para cada escenario.
Es en ese momento cuando se comienza a aceptar la educabilidad de estas personas. Hasta ese momento, el prisma más progresista había sido el asistencial. De hecho, el primer colegio para niños ciegos se funda en Francia en el siglo XVIII. Y ahí se educa Louis Braille, quien inventó más tarde el sistema Braille de Lectoescritura. Con el paso del tiempo, se empezó a cuestionar la forma de denominar a estas personas hasta el actual de personas con «necesidades educativas especiales».
Un debate actual
No obstante, el gran debate en la actualidad es la inclusión de estas personas en los centros escolares generales. Es en 1975 cuando en Suecia y Dinamarca se comienzan a dar los primeros pasos basados en el principio de normalización. Desde entonces, han surgido muchas posturas que desembocan en la base del debate existente hoy en relación a la ley Celáa: ¿es conveniente que desaparezcan los centros educativos especiales?
Guardamos la pregunta para próximas publicaciones.
Otros posts
¡Bienvenidos a la web de Heúreka!
Heúreka nace con un interés fundamental: conectar y conversar con vosotros. Por eso, estamos muy contentos con esta página web que utilizaremos para mostrar…
Dos proyectos educativos que transformarán tu colegio
El fin del curso académico es el mejor momento para evaluar el pasado y pensar en el futuro. Estos dos proyectos educativos transformadores serán inspiración…
¿El plástico es reciclable? Una guía por sus tipos y usos
El plástico conlleva muchos problemas a la hora de reciclar. Descubre sus tipos y lo que podemos hacer para evitar el consumo masivo de este material que puede…
Cuatro libros veraniegos sobre proyectos educativos
Os traemos una lista de cuatro libros imprescindibles para el verano que os ayudarán a diseñar e impulsar nuevos proyectos educativos.