Habitualmente se nos llena la boca con la necesidad de encontrar metodologías que pongan al alumno en el centro. Sin embargo, en algunas de las más usadas la posición del alumno en el aprendizaje es una cuestión secundaria. Por el contrario, la metodología Reggio Emilia no toma atajos: el estudio se basa en las certezas y curiosidades del alumno. De esa forma, el temario no es una suerte de programa inflexible sino que más bien no está ni siquiera existe. En Heúreka siempre queremos recoger nuevas ideas para que las incorporéis a vuestros proyectos educativos. Y hoy hablaremos de la metodología Reggio Emilia.

Metodología Reggio Emilia: una ruptura de la tradición en el aprendizaje

Superada la primera mitad del siglo XX, el pedagogo Loris Malaguzzi pensaba que todo lo sucedido antes y durante II Guerra Mundial debía tener consecuencias en la educación. Consideraba que el aprendizaje tradicional había minusvalorado a los más pequeños. Pensaba que los modelos educativos hegemónicos no permitían la expresión libre del alumnado (¿os suena?). Fue entonces cuando decidió impulsar un nuevo modelo educativo en Reggio Emilia, la ciudad del norte de Italia donde vivía. Fundó, junto a padres, madres y maestros, el Centro Médico Pedagógico, donde se comenzó ejercer una educación distintas. La metodología Reggio Emilia parte de las siguientes líneas generales:

  • Los niños albergan unas condiciones potenciales antes de iniciar la educación organizada, planificada y establecida. De esa forma, no es el sistema educativo el que transmite valores y conocimiento; son ellos mismos los que los interpretan según su propio pensamiento.
  • Con la metodología Reggio Emilia, el alumnado potencia la relación con otros, tanto de su edad como padres, madres o maestros, además del medio ambiente.
  • Los niños poseen 100 lenguajes diferentes (aquí Malaguzzi presentó un número comercial). Para que esos códigos se activen es necesario que vivan experiencias reales a través del descubrimiento y la observación directa.

En qué se traduce esta metodología

Pero, ¿cómo se imaginaba Malaguzzi que estas líneas generales se podían asentar en un proyecto concreto? Esto es lo que hay que tener en cuenta:

  • El protagonismo es para el alumnado y deben asumir un rol de investigadores.
  • El maestro debe asumir un rol de guía a través de la propuesta de actividades. De esa forma, debe modificarse todo en el aula, hasta la forma en la que se presentan los distintos ejerccios.
  • El espacio que rodea al grupo es otro profesor. Desde la metodología Reggio Emilia se plantea la necesidad de abandonar las posiciones fijas en el aula. Los más pequeños, de esta forma, podrán moverse en función de lo que ellos deseen.
  • Las familias tienen que asumir un papel activo en la educación.
  • Es necesario realizar informes que documenten las experiencias educativas.